domingo, 6 de marzo de 2011

Noche Día

Cada trazo y cada camino que terminamos recorriendo despiden ecos de algo distinto, que se quedan grabados como serpientes en la arena, silenciosas, y a su vez van dejando huellas, huellas que permanecen grabadas en cemento. Grabadas en la memoria.
Sigilosas para aparecer en los momentos más inesperados, un cuento, un corazón, un cerebro, una materia prima para crear algo nuevo, que finalmente después de cierto tiempo será abandonado, olvidado y sepultado abajo de los nuevos palacios que vienen y desbancan los suelos viejos que existían ahí antes que ellos.
Algo mas que es dificil es encontrar los pasados que queremos componer. Tanta pintura sobre la fachada desgastada impide y modifica la respiracion del alma, esa bestia sagrada que cambia para siempre y muy rara vez dormita.
Nada nos garantiza que tendremos lo que tenemos, nada nos garantiza una vida segura, tampoco sabemos si tendremos pensamientos que lleven a una espiritualidad iluminada, nada nos garantiza la paz
Pienso en que no somos dueños de lo que ya logramos. Nada nos garantiza que seguiremos siendo los mismos pero siempre tendremos las huellas, esas huellas para recordarnos de donde y porque vinimos hasta aqui.

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